Regimiento de voluntarios de Valencia 1793

El Excelentísimo Señor Duque de la Alcudia, con fecha de 19 de Noviembre del año pasado hizo saber á nuestro Capitán General Duque de la Roca, los deseos del Rey nuestro Señor de reemplazar los Exércitos con Reclutas voluntarios, sin obligar á susVasallos á Quintas, y otros medios que suelen serles gravosos; el Excelentísimo, Señor Duque de la Roca, hizo presente esta clementísima resolucion á toda la Nobleza congregada de órden suya en el Palacio del Real, insinuando despues al Teniente Baron de Antella podria convocar à Junta general al Real Cuerpo de Maestranza, y hacerle presentes los deseos de S.M. esperando continuaría este Cuerpo las heroycas resoluciones que habian merecido la aprobacion del Rey, sus Ministros, y el Público; túbose efectivamente esta Junta dia 7 de Diciembre de 1793, y se resolvió se reclutasen 100 hombres con destino al nuevo Batallon que se levanta en esta Ciudad de Tropa ligera de Voluntarios de Valencia, con 120 reales vellon dos los que componen este Cuerpo, solicitando la Junta con el mayor esfuerzo por su parte, que los que son iguales en las contribuciones, lo sean en los fueros y preeminencias, y de lo que S.M. resolviere se pasara el aviso como corresponde: doy a V.S. esta noticia de órden de la Junta, esperando que V.S. me contexte para su inteligencia y gobierno.
Nuestró Señor guarde á V S. muchos años.
Valencia y Febrero 3 de 1794.
Joseph Joaquín de Casasùs y Navia,
Secretario
Declarada la guerra á la república francesa en 1793, la Maestranza respondió al general llamamiento que se hizo con este motivo, acordando reclutar, equipar y sostener por cuatro años cien granaderos en el regimiento de infantería de Valencia, mereciendo que de Real Orden se le diese las gracias.
En 14 de diciembre acordó acrecentar tan señalado y generoso servicio, equipando, pagando y sosteniendo otros cien hombres que fueron agregados al regimiento de voluntarios ligeros de Valencia. En ambos servicios invirtió la suma de “513.411 reales”, subvencionada toda por reparto sobre sus individuos, y puede asegurarse que tan crecida suma no llega de mucho á la mitad de lo que ha invertido en toda clase de donativos.
Al misma tiempo en las conmociones públicas que ocurrieron en Valencia, la Maestranza tomó una parte muy activa, acudiendo en cuerpo á las órdenes del Capitán General, á los sitios de mayor peligro, contribuyendo con rondas y patrullas de sus individuos á restablecer la tranquilidad, por lo cual se le dieron también gracias de Real Orden.
En una respetuosa esposición ofreció á S.M. en aquellas azarosas circunstancias la vida y hacienda de sus individuos, los cuales por otra parte prestaban importantes servicios manteniendo á su costa soldados y no ahorrando ningun sacrificio en favor del Rey y del Estado.
En 1801, con motivo de los disturbios por el alistamiento para las milicias provinciales, repitió iguales servicios a favor de la tranquilidad pública, haciendo rondas y patrullas, dentro y fuera de la Ciudad.
El diseño aportado por la Ponencia de Uniformidad, es una mezcla de prendas militares y valencianas, como la camisa, la faja, los saragüells, y las alpargatas de esparto, a las que se unieron otros elementos de procedencia militar, como el morrión y la chaqueta (Trascritas según texto original).
Este curioso bando del Capitán General de Valencia en 1801 da cuenta del respeto y aprecio, del valenciano que se le daba, pese a todas las teorías al uso dinamitantes de la «Desfeta de Almansa», al idioma valenciano, que no dialecto o variante del catalán, como los pancatalanistas intentan llamar a nuestra lengua.
El Teniente General del Rey, en este Reyno hacía saber a los ciudadanos de la disolución de los Regimientos de Milicias Provinciales, mediante las correspondientes proclamas, bandos y decretos, como ordena el propio texto “en los idiomas Valenciano y Castellano”.
Estandarte del Regimiento de Voluntarios de Valencia. Año 1793


UN “ESTADO MILITAR” DEL EJERCITO DE VOLUNTARIOS HONRADOS DEL REINO DE VALENCIA
No es ésta la ocasión de analizar con detalle la denominada “Guerra contra la Convención” que, en las postrimerías del siglo XVIII, enfrentó a España y a Francia, entre otras razones porque ya existen suficientes estudios sobre ella, pero la reciente localización de un magnífico grabado en el que figuran las tropas que se crearon en el reino de Valencia con ese motivo, nos ha animado a recordar algunos detalles de su efímera existencia.
Tradicionalmente, la provincia de Castellón, al igual que el resto del reino de Valencia, disponía para su defensa de unas milicias urbanas, que se activaban en mayor o menor medida conforme el peligro amenazaba a la población, habiéndose comprobado documentalmente la resistencia, tanto por parte de los ayuntamientos como de los propios ciudadanos, a mantener operativas dichas milicias, ya que nunca era considerada tan inminente esa amenaza.
Tenemos constancia de diversas disposiciones reales a lo largo del siglo XVIII, en las que se confirma la exención del reino de Valencia para contribuir a la formación de regimientos de milicias provinciales, que, desde que fueron reorganizados en Castilla en 1734, constituyeron el refuerzo del ejército permanente.
Propiciado por el marqués de la Ensenada, Secretario del Despacho de Guerra durante el reinado de Fernando VI, se produce un intento de crear regimientos de milicias provinciales en el reino de Valencia en 1754, ordenándose el 9 de abril al brigadier Francisco Antonio Tineo, Inspector General de las Milicias, la organización y al capitán general de Valencia, duque de Caylús, la realización del censo del vecindario para distribuir los regimientos. El cese del marqués de la Ensenada el 20 de julio explica el abandono de la idea de la creación de estas tropas de las que no vuelve a hablarse hasta transcurridos cuarenta años.
El nacimiento de los Voluntarios Honrados
La negativa evolución de la guerra contra la Convención llevó al capitán general de Valencia, duque de la Roca, a proponer al Rey la creación de un cuerpo armado provisional, compuesto por ciudadanos cabezas de familia, y por Real Orden de 27 de mayo de 1794 se publicó un “Reglamento para la formación de un pie de exército de voluntarios honrados en el Reyno de Valencia” por el que se dispuso la recluta de voluntarios por el tiempo que durase la guerra, para “auxiliar a nuestras provincias fronterizas, si fuesen atacadas con ventaja por los franceses”.
Los 28 batallones previstos se iban a formar inicialmente con mil hombres cada uno, recibiendo el nombre de los corregimientos que los iban a nutrir. Aunque Sevillano(7) menciona una cifra muy cercana a los 30.000 voluntarios (incluyendo 2.600 artilleros y 1.380 de a caballo), Gascón cifra en 40.000 los que se pretendía captar y Aymes, con 28.000, lo acerca al primero de los citados, creemos que las expectativas no se cumplieron y, así, sabemos que poco más de 540 hombres de Valencia se ofrecieron al comenzar el reclutamiento para incorporarse, aunque Boix afirma que en enero de 1794 “ascendían a once mil los que espontáneamente se alistaron” y es ya conocido que 1200 castellonenses pasaron a formar parte del cuerpo armado, formando un batallón con diez brigadas al mando del comendador Juan Bautista Vallés, ocupando empleos subalternos, entre otros, el marqués de Brategui, Pedro Ros barón de la Puebla, Joaquín Giner y Basilio Martí. Al frente de los dos batallones de tropa ligera creados en la Gobernación de Morella quedó el teniente coronel Rafael de Pedro, Caballero de la Real Maestranza de Valencia. Rocafort nos detalla a los que se nombraron en Castellón para los Voluntarios, que fueron 240 de a pie y 60 de a caballo. Respecto al número de castellonenses que fueron incorporados a las unidades regulares, previo sorteo, en 1794 y 1795, totalizando 122 y 58 respectivamente.
El Manifiesto que presenta la ciudad de Valencia del servicio hecho a S.M. durante la guerra con la Francia por si y demas pueblos de sus gobernaciones, publicado en Valencia en 1797, nos describe la composición del que llama “Exército del Estado de Voluntarios Honrados”, que comenzó con 26 batallones de Infantería de línea, 2 de tropas ligeras, 23 compañías sueltas de Caballería y un cuerpo de artilleros de 2.600 plazas, totalizando 29.300 hombres de tropa, llegando a tener alistados a 54.000 cuando lo “obligaron los progresos de los Franceses en Cataluña”. Comprobamos que las Gobernaciones de Montesa y Cofrentes no dieron suficientes alistados para formar unidades con su propio nombre y, por el contrario, Murviedro sí logró tenerlas.
También detalla el Manifiesto la contribución a la campaña de soldados voluntarios y de quinta de las diferentes localidades castellonenses, alcanzándose los 3.318 hombres:
GOBERNACION DE CASTELLON DE LA PLANA (Quinta de 1795: 247)
- Artana 22
- Castellón 125
- Soneja 10
- Almenara 21
- Chova 2
- Sot de Ferrer 14
- Almasora 33
- Chilches 12
- Villarreal 84
- Algar 5
- Eslida 4
- Villavieja 7
- Alcudia y Veo 2
- Llosa 9
- Valle de Uxó 78
- Ahin 1
- Mascarell 8
- Benafer 10
- Alfondiguilla 4
- Moncofa 5
- Villamalefa 3
- Bechi 7
- Nules 58
- Veo 1
- Benavites 18
- Quart 7
- Villanueva de la Reyna 1
- Borriana 99
- Quartell 5
- Xeldo 18
- Canet 4
- Suera 4
GOBERNACION DE PEÑISCOLA (QUINTA DE 1795: 225)
- Alcalá de Gisbert 21
- Cervera 7
- Salsadella 7
- Alcora 63
- Espadilla 6
- San Jorge 4
- Artesa 3
- Fansara 7
- San Matheo 20
- Benicarló 205
- La Jana 18
- Torralba 1
- Borriol 16
- Onda 56
- Toga 10
- Benlloch 3
- Oropesa 3
- Traiguera 11
- Canet 12
- Peñíscola 63
- Torreblanca 12
- Chert 13
- Puebla Tornesa 3
- Tales 6
- Cabanes 13
- Rosell 7
- Vinaros 350
- Calig 9
- Ribes-albes 5
- Villafamés 17
- Serratella 5